«El buen español, en masculino, por supuesto, era el patriota, mientras que en el bando vencido y perseguido, se ubicaba al resto, al otro, es decir, a los y las enemigas de la patria»
Martes, 15 de octubre 2024. EL IDEAL
Son muchas las corrientes historiográficas que señalan el descubrimiento de América como acontecimiento clave que marca el paso de la edad Media a la Moderna. En 1892, para celebrar el IV centenario del descubrimiento, la reina regente, María Cristina de Habsburgo firmaba un Real Decreto para instaurar dicha celebración. En 1913, se retoca la denominación de tal celebración pasándose a llamar Fiesta de la Raza española. En 1918, pasó a ser fiesta nacional. En 1935, a iniciativa de Ramiro de Maeztu, la denominación cambia a Día de la Hispanidad. Y escasos meses después del fin de la guerra, volvía a celebrarse el Día de la Raza, hasta 1958, año en el que retomó la denominación de Día de la Hispanidad. En 1982, finalmente se publicaría el RD3217/1981 que refrendaba el 12 de octubre como Fiesta Nacional de España y día de la Hispanidad.
La palabra raza hoy está completamente en desuso gracias a que la ciencia verificó que la secuencia de bases en el ADN es idéntica al 99'9%, así que se perdió la más mínima posibilidad de encontrar un parámetro que sirviera para medir las razas, o sea, que a partir de ahí, hablamos de etnias y lo de las razas se queda para clasificar al resto de animales.
Sin embargo, el concepto de raza como identificador frente al resto, se utilizó hasta bien entrado el siglo XX. En España, el dictador Francisco Franco, parapetado tras el pseudónimo, Jaime de Andrade, esbozó el argumento de lo que sería la película, dirigida por José Luis Sáenz de Heredia (1950), Raza o Espíritu de una raza, una suerte de historia heroica de tres hermanos durante la guerra civil que, a modo de propaganda, definía lo que se suponía que era ser español desde una única y entonces posible perspectiva nacional-católica. Nos encontramos ante el uso de la raza al servicio de la identificación de la patria. Así, el discurso político de la dictadura unía el concepto de patria y patriota a su ideario. El buen español, en masculino, por supuesto, era el patriota, mientras que en el bando vencido y perseguido, se ubicaba al resto, al otro, es decir, a los y las enemigas de la patria, ¿les suena?
Así sigue el patio, una considerable mayoría integrada por ciudadanos y ciudadanas de diferente ideología, acepta las reglas del juego y aquí solo se puede «hacer patria» si eres patriota, el resto solo baila ondulando la bandera en las olimpiadas y aún con más fervor, en los mundiales de fútbol.
Mientras, en varios países de Latinoamérica, colectivos indígenas no encuentran motivo de celebración en el 12 de octubre, y a nivel general, su concepto de patria deriva de escapar de la nuestra, de hecho, sus celebraciones coinciden con la emancipación del imperio, como el 5 de julio en Venezuela, el 9 en Argentina o el 15 de septiembre en México, donde la mayoría de la población, representada en su recién nombrada presidenta, Claudia Sheinbaum, exige que España pida perdón por la conquista. Y aquí, la Asociación Católica de Propagandistas insistiendo en que los españoles conquistadores no fueron ni esclavistas ni genocidas, si no héroes y santos.
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